Casa solariega construida a comienzos del XX
La Quinta de Don Juan, datada en torno a 1920, es un palacete de estilo ecléctico rodeado de jardines privados. Este nombre recuerda a Juan Murcia de Villalonga, su primer propietario, quien la construyó a petición de su esposa, María Dolores Fernández Llimós. También es conocida como Casa de Doña Adelita en honor a Adela Murcia Fernández, hija de ambos, quien impulsó el uso social y cultural de la finca organizando verbenas en el jardín, clases de catequesis, actos benéficos y apoyos a familias necesitadas.
Aunque ha recibido labores de conservación, y pese a su relevancia arquitectónica y su profundo arraigo en la memoria colectiva del municipio, se encuentra en estado de abandono. Su escudo nobiliario, declarado Bien de Interés Cultural, procede de la Casa Cobatillas –la más antigua que se conserva en el municipio, del S. XVII– y fue adquirido por la familia Murcia en la desamortización de Mendizábal de 1836. La finca continúa siendo de propiedad privada
