Página: Francisco Mira Pérez, ‘Quitín’

Francisco Mira Pérez, ‘Quitín’

Con una larga trayectoria a sus espaldas, Francisco Mira Pérez, ‘Quitín’, se ha convertido en todo un referente para los amantes del montañismo y la aventura. Ha superado la cota de los 8.000 m (G2) y ha encumbrado, entre otras muchas, las montañas más altas de cuatro continentes. Intrépido multidisciplinar, también ha escalado algunas de las paredes verticales más icónicas de África, ha recorrido en bici 26 países y superado la Titan Desert, considerada la prueba ciclista más dura del planeta. En 2005  llegó al Polo Norte Geográfico y en 2025 culminó su última gesta: completar la segunda travesía internacional por el Paso Noroeste que une el Atlántico con el Pacífico a través del Ártico canadiense, alcanzando por primera vez el Polo Norte Magnético sin la ayuda de medios mecánicos, tras 39  días y 613 km de marcha sobre esquíes.

BIOGRAFÍA

A sus 59 años, Francisco Mira Pérez, conocido cariñosamente como ‘Quitín’, se ha convertido en un referente indiscutible para los amantes del montañismo, la aventura y la superación personal. Nacido y criado en Santomera, ha llevado el nombre de su pueblo hasta las cumbres más altas del planeta, con una trayectoria que lo sitúa entre los exploradores españoles más completos y polivalentes de su generación.

Intrépido y multidisciplinar, ‘Quitín’ ha escalado algunas de las montañas más emblemáticas del mundo, ha recorrido en bicicleta veintiséis países y ha participado en algunas de las pruebas más exigentes del planeta, como la Titan Desert, considerada el «Dakar de la bicicleta», atravesando el desierto del Sáhara marroquí. En 2005 alcanzó el Polo Norte Geográfico, el eje mismo de la Tierra, y en mayo de 2025 culminó su última gesta: la segunda travesía internacional del Paso del Noroeste, en el Ártico canadiense, cubriendo 613 kilómetros en 39 días sobre esquíes, hasta llevar la bandera de Santomera al Polo Norte Magnético de Ross, alcanzado por primera vez sin apoyo mecánico ni soporte exterior.

Su vida es un compendio de resistencia, pasión y compromiso con la naturaleza. En España ha conquistado las cumbres más altas y simbólicas de Sierra Nevada, Gredos, Pirineos y Picos de Europa, además de dominar las grandes paredes verticales del país. En el continente europeo ha alcanzado las montañas más míticas de los Alpes —Mont Blanc, Eiger, Cervino, Mönch y Jungfrau, entre otras— y ha completado largos viajes en bicicleta por Islandia, Escocia, Noruega, Portugal, Croacia, Eslovenia, Bosnia, Montenegro, Albania y Finlandia, donde realizó la exigente travesía del Lago Inari. También ha recorrido en bici Madeira y los Pirineos de costa a costa, demostrando una resistencia física y mental al alcance de muy pocos.

Su periplo africano resulta igualmente asombroso. Ha coronado el Kilimanjaro (Tanzania) y el Monte Kenia, donde además abrió una nueva vía de escalada de 1.500 metros, y ha subido a la Mano de Fátima, en pleno desierto del Sahel (Malí), por una pared de 600 metros. En solitario, ha ascendido las cuatro cumbres de más de 4.000 metros del Atlas marroquí —Toubkal, Ras, Timesguida e Imouzzer—, además de recorrer en bicicleta países como Marruecos, Kenia, Tanzania y Uganda. En todos ellos, su espíritu explorador ha ido siempre acompañado de un profundo respeto por la naturaleza y las culturas locales.

En Oriente Medio, conquistó el Monte Ararat, en Turquía, mientras que en América del Norte se enfrentó a una de las montañas más duras del planeta, el McKinley (Alaska), la cumbre más alta del continente y considerada la montaña más fría de la Tierra. Allí comenzó una relación duradera con los territorios polares que culminaría años más tarde en sus travesías árticas.

En América Central y del Sur, Quitín ha seguido una línea ascendente que lo ha llevado desde el Tajumulco (Guatemala), el techo de Centroamérica, hasta las grandes cumbres andinas. Ha hollado el Aconcagua (Argentina), la cumbre más alta de Sudamérica; el Huascarán (Perú), la más elevada de ese país; y otras montañas de más de 5.000 metros como el Pisco, el Urus o el Mateo. También ha conquistado el Cotopaxi, volcán activo más alto del mundo, y el Chimborazo, cumbre más alejada del centro de la Tierra, por lo que puede decirse que Quitín ha estado literalmente más cerca del cielo que ningún otro santomerano. Completó además la travesía del Hielo Patagónico Sur, entre Chile y Argentina, una de las rutas más inhóspitas y peligrosas del planeta. Sus travesías en bicicleta por Cuba, México, Belice, Guatemala, Honduras, Chile y Bolivia redondean un mapa vital que abarca todo el continente.

Su espíritu indomable también lo llevó a Asia, donde ha alcanzado algunos de los picos más emblemáticos y difíciles del Himalaya, como el Ama Dablam (Nepal), considerada una de las montañas más bellas y técnicas del mundo, y ha intentado la cumbre del Gasherbrum II (Pakistán), de 8.034 metros. Ha ascendido en solitario el Pico Lenin (7.134 m, Tayikistán) y otras cumbres de la cordillera del Pamir, como el Razdelnaya y el Petrowsky. Además, ha recorrido en bicicleta India, Nepal, Tailandia, Camboya, Vietnam y Singapur, completando un periplo asiático tan vasto como variado. En Oceanía, culminó una larga travesía ciclista por Nueva Zelanda, completando así un círculo perfecto: el de un hombre que ha tocado los cinco continentes con sus propios pies y pedales.

Su trayectoria no se mide solo en metros de altitud o kilómetros recorridos, sino también en valores. Quitín representa la tenacidad, el esfuerzo y la humildad de quienes afrontan los desafíos más extremos con serenidad y gratitud. En cada expedición ha llevado consigo la bandera de Santomera, convirtiéndose en un embajador natural de su tierra, de su gente y de su espíritu. Sus hazañas no solo inspiran por su dificultad física, sino por la actitud que las impulsa: la búsqueda del límite humano desde el respeto y la admiración por la naturaleza.

Por todo ello —por haber llevado el nombre de Santomera a los confines del planeta, por haber demostrado que el coraje y la pasión no entienden de fronteras y por encarnar los valores más nobles del esfuerzo, la superación y el amor a la tierra—, el Ayuntamiento de Santomera entregó la Medalla de Oro de la Ciudad a Francisco Mira Pérez, ‘Quitín’, en el marco de la gala institucional del 47.º aniversario de la segregación municipal, celebrada el 6 de octubde de 2025.

 

(Entrada actualizada a fecha 3 de noviembre de 2025)

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