La ‘contribución’ urbana costará un 10% menos que en 2015 y alcanza uno de los gravámenes más bajos de la Región
También se amplían las bonificaciones para familias numerosas, que ahora podrán ahorrarse hasta un 90% del recibo
La ‘contribución’ que afecta a los inmuebles de naturaleza urbana volverá a bajar en 2018. Así se acordó anoche en el Pleno ordinario de octubre, durante el que se aprobó una reducción de tres puntos en el tipo impositivo aplicable: del 0,53 al 0,5%. La medida beneficiará a la mayor parte de las familias santomeranas, que se ahorrarán cerca de un 6% en los recibos relacionados con propiedades urbanas; quedan al margen de la reforma los bienes de naturaleza rústica y los catalogados como de características especiales, para los que se mantiene el tipo impositivo en los parámetros anteriores: 0,74 y 1,3%, respectivamente.
La modificación de la ordenanza fiscal que regula el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), certificada por el apoyo de los cuatro grupos políticos municipales –aunque formalmente Ciudadanos se abstuvo al no emitir voto en el momento oportuno, su portavoz señaló luego que lo hubiera hecho a favor–, no se reduce sin embargo a esta cuestión principal del tipo impositivo. El equipo de Gobierno formado por PSOE y Alternativa también ha aprovechado la ocasión para aumentar considerablemente las bonificaciones aplicables a las familias numerosas, que pasarán del 25 al 50% en el caso de unidades con tres descendientes, del 50 al 75% cuando sean cuatro y del 75 al 90% cuando sean cinco o más. Otro punto destacable de la reforma es la supresión de bonificaciones para el sector F, una zona que tenía un valor catastral desorbitado, considerablemente depreciado ahora tras la recalificación del suelo como rústico.
De manera global, y sin contar las posibles nuevas altas que se registren con posterioridad, la medida supondrá una merma en los ingresos del Ayuntamiento de 264.000 euros, según los cálculos del interventor. El concejal de Hacienda, Alberto Menárguez, adelantó que «hemos estudiado la repercusión en la estabilidad presupuestaria y sostenibilidad financiera del Ayuntamiento y los gastos se reducirán en 2018 en la misma proporción que lo harán los ingresos». El edil añadió durante el Pleno un ejemplo real muy ilustrativo: «Una familia con tres descendientes, una vivienda con un valor catastral de 212.106 euros y unos ingresos anuales inferiores a 35.000 euros pagó 1.166,58 euros de ‘contribución’ en 2015. En 2018 se le girará un recibo de únicamente 530,27 euros, lo que le supondrá una bajada superior al 52%».
Bajadas encadenadas
«Esta bajada es solo un paso más en nuestro camino de conseguir una Administración solvente, estable económicamente, pero a la vez respetando a los vecinos y vecinas. Así ya podemos añadir este logro a los que ya hemos conseguido desde nuestra llegada al Gobierno: en 2015 ya bajamos un 4% el IBI, en 2016 adelantamos la amortización de 2,7 millones de deuda y en 2017 eliminamos la tasa de apertura y rótulos y aprobamos nuevas bonificaciones en el Impuesto de Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO), manteniendo además siempre el periodo medio de pago a proveedores dentro de los límites legales», se felicitó Menárguez.