Descubiertos cientos de restos humanos prehistóricos en una cueva sepulcral de la Sierra de Orihuela

Los arqueólogos han realizado el hallazgo en un enterramiento colectivo situado en una cueva de la sierra de Orihuela y todavía no han determinado el número de individuos al que pertenecen

Arqueólogos de la asociación Patrimonio Santomera han descubierto cientos de restos humanos pertenecientes a los habitantes prehistóricos de nuestro municipio en un enterramiento colectivo situado en la cueva sepulcral de las Muelas y Sima Guillamón, emplazada en la Sierra de Orihuela. Los arqueólogos han iniciado esta semana la excavación y todavía no han determinado el número de individuos al que pertenecen estos restos óseos, según ha hecho saber a el presidente de la asociación, el profesor de Geografía e Historia y arqueólogo Miguel Pallarés. No obstante, Pallarés explica que son restos que podrían estar asociados a un proceso ritual y, desde luego, responden a un «fenómeno social» de los primeros pobladores pertenecientes a finales del Neolítico o Calcolítico, con al menos 5000 años de antigüedad.

Segunda campaña de prospección
La excavación se enmarca en la segunda campaña de prospección, que implica también la realización de sondeos, y está desarrollada por la asociación junto al Ayuntamiento de Santomera. En concreto, la campaña se basa en el estudio, investigación, divulgación, puesta en valor y protección del patrimonio arqueológico y etnográfico del municipio. Para ello, los arqueólogos han seleccionado dos cuevas o yacimientos y han analizado su interés. Posteriormente, llevaron a cabo unos sondeos previos con el fin de determinar si realmente hay potencialidad en el yacimiento.

El equipo de arqueólogos, formado por un grupo de entre ocho y diez personas, tiene por delante entre una y dos semanas de trabajo. Se trata de una cueva sepulcral que se descubrió en la primera campaña de prospección y en la que se percibió que había un enterramiento colectivo.

Una cueva sepulcral «preponderante»
Los arqueólogos barajan como hipótesis que esta cueva es un lugar «muy importante» y tiene una preponderancia con respecto a las otras ocho o nueve cuevas de carácter sepulcral documentadas con anterioridad por los arqueólogos de a asociación en el entorno. En todas ellas se depositaban partes anatómicas de los cuerpos pero, mientras en las descubiertas con anterioridad se han encontrado «deposiciones secundarias y parciales» de restos humanos, en la cueva que se está excavando ahora han encontrado una gran cantidad de vestigios en un contexto diferente al de las otras cavidades, lo que manifiesta el carácter singular de la cueva.

«No sabemos si hay una relación directa con las demás cuevas en cuanto a cronología, hasta que no tengamos los resultados de los análisis de datación», según Pallarés. No obstante, se muestra convencido de que la Cueva de las Muelas y Sima Guillamón es un yacimiento «importante» por su tipología en relación al Cabezo Malnombre y también a las otras cavidades cercanas con evidencia de uso funerario. «Tiene una cantidad de restos que no tienen las demás cuevas» señala Pallarés, quien precisa que los arqueólogos tratan ahora de dilucidar el ritual que se podía llevar a cabo en este lugar y las circunstancias más concretas que rodeaban al proceso.

La excavación, en una fase inicial
El proyecto está dirigido por los arqueólogos Miguel Pallarés, Cristina González y Norman Fernández (técnico municipal de Patrimonio). El equipo de investigación está formado por especialistas entre los que se encuentran antropólogos, geólogos, biólogos, especialistas en industria lítica (algunos de ellos de la Universidad de Murcia), así como estudiantes en prácticas de la UMU a través del COIE, y alumnos Erasmus (procedentes de Portugal y Alemania). De momento, el equipo está en una fase primigenia e inicial del estudio arqueológico. Tras su descubrimiento, ahora han empezado a excavar los restos, que aparecen en una cueva externa denominada Cueva de las Muelas y un pozo interno en el que depositaban los restos óseos desarticulados llamado Sima Guillamón.

Han aparecido, fundamentalmente, restos óseos humanos, aunque también hay artefactos líticos asociados a actividades relacionadas al ritual funerario, aunque Pallarés reconoce que «todavía es muy pronto para afirmar cualquier conjetura» porque «todavía hay que seguir excavando». Y es que los arqueólogos todavía están en niveles superficiales y desconocen hasta qué profundidad llegarán en esta campaña. «De hecho, uno de los objetivos es ver si realmente el yacimiento merece la pena para seguir excavando en futuras campañas», ha precisado. Tras el estudio de los restos recuperados, procederán a la publicación de los resultados con carácter científico, dado que los datos recabados son «muy interesantes», tal y como reconoce Pallarés, quien advierte que es un proceso de investigación que «se está iniciando, está en curso y abierto a los distintos cambios que se van dando en una investigación arqueológica en función del método que se utiliza».

El paisaje histórico y cultural, en peligro
En este sentido, la Asociación Patrimonio Santomera, en colaboración con el Ayuntamiento, está desarrollando acciones encaminadas a la puesta en valor y protección del patrimonio arqueológico y uno de sus puntos fuertes ha sido el impulso para la declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) con categoría de Sitio Histórico de la solana de la Sierra de Orihuela, en la parte santomerana. Actualmente el BIC se encuentra en proceso de incoación, tal y como señala Pallarés, quien explica que el monte es ahora mismo privado y uno de sus propietarios, la empresa que explota la cantera del Zacacho en su cara norte, Arimesa – Áridos del Mediterráneo, pretende ampliar la explotación a la parte meridional de la sierra, poniendo en peligro varios yacimientos y el paisaje cultural que corresponde al BIC.

Ha criticado que la empresa ha presentado alegaciones a la protección del entorno, y ha contratado al profesor de la Universidad de Murcia (UMU), Joaquín Lomba Maurandi, para realizar un estudio arqueológico en su propiedad en relación a los intereses de la mercantil sobre el proceso de declaración de BIC del entorno. «No obstante el informe presentado por el arqueólogo contratado por la empresa demuestra el valor y singularidad del sitio Cueva de las Ventanas, uno de los yacimientos analizados», según Pallarés, quién, además, señala el enorme impacto que para el paisaje y el patrimonio cultural tendría la reapertura de a cantera y su avance hacia la cara sur de la sierra.

Por este motivo, Pallarés recuerda que la Dirección de Bienes Culturales de la Región de Murcia ha declarado el entorno BIC (en su fase de incoación, actualmente). Se trata de un paraje que alberga vestigios desde el Paleolítico Medio hasta nuestros días, incluyendo dos poblados prehistóricos, grabados rupestres, cuevas sepulcrales, minas y otros elementos de interés. «Con las excavaciones pretendemos dilucidar las diferentes fases de poblamiento del territorio y acercarnos a las prácticas funerarias de los antiguos habitantes del Cabezo Malnombre», añade Pallarés, quien reprocha que la parte con intereses privados «pretende destruir la línea del paisaje, que no es otra que la línea de la ladera».

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