- Más de medio centenar de niños y niñas participaron en grupos para superar distintas pruebas y encontrar el tesoro escondido de Hestia, la diosa del hogar
- María Tornel, concejal de Educación: “Este evento nos invitó a reflexionar sobre la importancia de la educación como motor de cambio y desarrollo social”
Este fin de semana, el Ayuntamiento de Santomera conmemoró el Día Internacional de la Ciudad Educadora con la celebración de la ruta lúdica ‘Buscando el tesoro íbero de Hestia’. En ella, más de medio centenar de niños y niñas participaron en grupos para superar distintas pruebas y encontrar el tesoro escondido de Hestia, la diosa del hogar.
La actividad, organizada por la Concejalía de Educación en colaboración con la Asociación Patrimonio Santomera, El Roalico, Cruz Roja Juventud, Coros y Danzas de Santomera y el voluntariado municipal, finalizó en la Almazara de los Murcia. María Tornel, concejal de Educación, asistió a la actividad y agradeció la implicación de las asociaciones y voluntarios que hicieron posible esta ruta didáctica.
Tornel declaró que “este evento nos invitó a reflexionar sobre la importancia de la educación como motor de cambio y desarrollo social”. “‘Santomera Ciudad Educadora’ es un conjunto de lugares de encuentro donde las relaciones humanas se entrelazan y donde aprendemos de la diversidad de personas, culturas y generaciones”, añadió.
Durante el recorrido, los participantes visitaron diferentes puntos de interés del municipio (Sierra de Balumba, sede de Coros y Danzas, Casa del Huerto, Huerta y acequia de Zaraiche, Casa Grande y Plaza de la Iglesia), recorriendo una línea del tiempo que comenzó en la Prehistoria y finalizó en la Edad Contemporánea, pasando por la Edad Moderna y la Edad Media.
“A través de esta ruta ambientada por lugares emblemáticos de Santomera, y la superación de diferentes pruebas para descubrir dónde se encontraba el tesoro íbero de Hestia, los más pequeños pudieron conocer nuestra historia y cómo hemos llegado dónde estamos”, explicó la concejal
“La ciudad constituye en sí misma un gran espacio de aprendizajes, de difusión de nuestra cultura y nuestra historia, un laboratorio de experimentación, de vivencias y de conocimiento. Un aula configurada por sus calles, plazas, parques y equipamientos educativos, culturales y deportivos, en la que se trabaja por el bien común y se forma a una ciudadanía reflexiva, responsable y comprometida”, concluyó.
