Al quedar solo este último, y respondiendo al deseo familiar, los albaceas y la Corporación municipal que presidía como alcalde Pedro Campillo Jiménez llegaron a un acuerdo para que tanto la vivienda como el resto de la propiedad, que sumaba 5.147 m², pasaran a formar parte del patrimonio municipal. Hacía menos de dos años que Santomera había conseguido la independencia y el Ayuntamiento requería una sede principal y definitiva que sustituyera a la Casa del Médico –derribada en junio de 2016, ubicada donde ahora se levanta la nueva Casa de Igualdad–, ocupada provisionalmente para ese fin pero insuficiente para albergar incluso a los por entonces escasos empleados municipales. Ninguna otra opción parecía mejor, pues Villa Carmencita tenía además un importante valor emocional añadido: ya por entonces, era lugar de reunión frecuente para los vecinos, dado que, con toda generosidad, los propietarios solían prestar sus jardines para la celebración de las fiestas populares.

El acuerdo para la cesión fue aprobado en Pleno el 22 de abril de 1980 con el voto favorable unánime de los nueve concejales, del total de trece, presentes en la sesión. Según reflejaba, toda la parcela pasaría a ser propiedad municipal y en la vivienda se instalaría la Casa Ayuntamiento, a cambio de que Antonio Borreguero Artés recibiera una pensión vitalicia de 100.000 pesetas mensuales –seiscientos euros actuales–. El estudio del ingeniero Juan José Parrilla Cánovas avaló el acuerdo en base al valor patrimonial de la finca, cifrado en 96.387.125 pesetas (579.298,29 euros), y atendiendo a que se contemplaba para la pensión una duración máxima de cincuenta años –lo que habría sumado un desembolso de 84 millones de pesetas–. Sería esa una circunstancia poco probable, puesto que Antoñico, que terminó muriendo cinco años después, en 1985, tenía entonces 56. Refrendada la transacción, en el mismo Pleno se aprobó también una moción del alcalde para adaptar la vivienda y el resto de la parcela a sus nuevos usos. Para financiar esos trabajos fue necesario contratar un préstamo de doce millones de pesetas y gastar sendas subvenciones de 200.000 y 488.000 pesetas, concedidas respectivamente por el Consejo Regional y la Diputación Provincial, sumando una inversión ligeramente superior a los 76.250 euros.

Finalmente, tras las obras de rehabilitación, el edificio comenzó a servir como Casa Ayuntamiento a principios de 1981. En ‘los jardines del Borreguero’, sobrenombre con el que se conocía la finca, se construyeron también la plaza mayor, el Auditorio y Salón de Actos Municipal (los originales, derribados en 1998) y el pequeño parque anexo. Así, los principales escenarios de la vida política, administrativa, cultural y social de Santomera quedaron aglutinados en un único punto, situado hoy en el corazón mismo de la localidad.