La Sierra de Orihuela
La Sierra de Orihuela se sitúa al norte del pueblo de Santomera, entre el límite meridional de las provincia de Alicante y el extremo oriental de la Región de Murcia. Es una alineación montañosa de 10,9 kilómetros que emerge abruptamente sobre el valle del Segura y ofrece un paisaje de fuertes contrastes entre la vega fluvial y las grandes paredes rocosas de la cara sur. Alcanza su altura máxima en la Leja Millamón (634 m.s.n.m.), perteneciente a Orihuela, mientras que El Quijar de la Vieja, con 534 m.s.n.m., supone el punto más alto de todo el municipio santomerano. La presencia humana en este lugar ha sido constante desde la Prehistoria (con vestigios que se remontan más de 40 000 años atrás), debido a la protección que ofrecía, la cercanía del Segura y los numerosos recursos minerales, cinegéticos y forestales que se podían obtener. Desde la Edad Media, la Sierra de Orihuela ha sido el lugar de destino de pastores trashumantes que llegaban atraídos por sus pastizales y hoy día supone un enclave de referencia para la práctica de deportes de montaña.
La huerta de Santomera y El Siscar
A partir de los hallazgos arqueológicos realizados en el Cabezo Malnombre, se estima que la agricultura en esta zona se da desde, al menos, el III milenio a. C. No obstante, la actual huerta, así como la propia Santomera, no comenzaría a conformarse hasta el siglo XVI, tras la construcción de la acequia de Zaraíche y la red de azarbes que drenaron lo que era una zona pantanosa cubierta de marjales. Por entonces, la morera era el cultivo preferente (para dar respuesta al auge del comercio de la seda), aunque también se sembraba trigo, lino y hortalizas, así como los primeros pimientos, que en los siglos siguientes serán el principal producto de la huerta santomerana. Tras un periodo de retroceso agrario y, en consecuencia, poblacional, ocasionado por las sequías del s. XIX, ya en el XX la expansión de los regadíos motiva un fantástico aumento de las zonas cultivadas y facilita la introducción de los cítricos, naranjas y, especialmente, limones, que pasan a convertirse en la seña de identidad del municipio de Santomera, El Siscar y La Matanza.
Rambla Salada y el embalse de Santomera
El Humedal del Ajauque y Rambla Salada está declarado Lugar de Interés Comunitario (LIC) y Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA). Este paisaje protegido tiene una extensión de 1.632 hectáreas, recorriendo de norte a sur unos 12 kilómetros a lo largo de la rambla de Ajauque y, de oeste a este, unos 4 kilómetros correspondientes al ramal de Rambla Salada. Otra zona húmeda del LIC la constituye el embalse de Santomera, que, pese a ser de origen artificial, tiene un importante papel en el ciclo biológico de diversas especies animales. El paraje se encuentra habilitado para el desarrollo de diversas actividades deportivas y de ocio en el medio natural (destaca su red de caminos y senderos señalizados, que permite caminar por todo el entorno y disfrutar de magníficas vistas), elementos que, unidos a su riqueza ambiental y patrimonial y a la proximidad del Coto Cuados, le sitúan como una de zonas con mayor potencial para gozar de la naturaleza y la cultura en la Región de Murcia.
Cueva de las Yeseras
El Lugar de Interés Comunitario (LIC) conocido como Cueva de las Yeseras está formado por un conjunto de cavidades que se abren en una pequeña elevación situada junto al Cabezo de la Mina, a los pies de la Sierra de Orihuela, ocupando una extensión de 1,2 hectáreas. Se trata de una red kárstica desarrollada en calizas y yesos compuesta por dos cuevas de origen natural, las principales (Yesera I y II), y cuatro cavidades de grandes dimensiones originadas por las labores mineras de extracción de yeso llevadas a cabo a lo largo del siglo XIX y las primeras décadas del XX. Se trata de un enclave único en la Sierra de Orihuela y en el municipio de Santomera, siendo la red subterránea más extensa de esa cadena montañosa y del Bajo Segura. A su valor geológico suma una de las más importantes colonias de quirópteros de la Región de Murcia, razón por la que en 2017 fue declarada Zona Especial de Conservación. Ha sido constatada la presencia de siete especies de murciélagos, tres de ellas incluidas en el Catálogo Español de Especies Amenazadas.