Sierra del Balumba
El conjunto arqueológico del Balumba está declarado BIC desde 2009. Está integrado por dos poblados en altura de la Edad de los Metales, con una cronología que abarca desde la Edad del Bronce (1800 –1200 a. C.) hasta la época ibérica (siglos V–II a. C.). La posición elevada de estos asentamientos garantizaba el dominio sobre la amplia vega del Segura. El poblado más antiguo corresponde a la cultura argárica, con restos de viviendas y de sepulturas, en su mayor parte expoliadas, así como vestigios del trabajo del metal y del textil.
El poblado ibérico ha sido investigado en repetidas ocasiones desde finales de los setenta. Se ha identificado como un fortín o pequeño poblado con funciones defensivas y de control territorial dependiente de un oppidum principal, tal vez el asentamiento situado en Monteagudo. Aunque se encuentra en parte mutilado por una antigua cantera, recientes excavaciones impulsadas por el Ayuntamiento y Patrimonio Santomera han sacado a la luz un santuario rupestre y una torre cuadrangular de grandes dimensiones.
Cabezo Malnombre
El yacimiento del Malnombre es un hábitat prehistórico en altura fechado en el Calcolítico (III milenio a. C.), con una continuidad hasta la Edad del Bronce (II milenio a. C.). Se conservan varios tramos de muros de viviendas y aterrazamientos en la cara sur del cabezo, con áreas de alta concentración de restos cerámicos y líticos, dientes de hoz de sílex y molinos barquiformes de piedra volcánica, reflejo de la economía fundamentalmente agraria de sus habitantes. Tanto en el mismo poblado como en la cima del peñasco rocoso que corona el cerro se han hallado diversos conjuntos de petroglifos: destacan dos grupos tallados sobre la superficie lisa de la cumbre, alineados, respectivamente, con la puesta de sol en el solsticio de invierno y el equinoccio, lo que sugiere una función ritual relacionada con los ciclos astrales y la fertilidad. También encontramos en las inmediaciones del cabezo una serie de cuevas funerarias, plausiblemente vinculadas al asentamiento prehistórico.
Forma parte del conjunto etnográfico, minero y arqueológico de la ladera meridional de la Sierra de Orihuela declarado BIC en 2024.
Abrigo de la Capilla
La Capilla es un yacimiento prehistórico situado en un abrigo rocoso localizado en el paraje de Los Ásperos, en La Matanza. Ha sido prospectado y excavado por Patrimonio Santomera y el Ayuntamiento, hallándose un rico conjunto material y una secuencia de hábitat que comprende varios periodos. Principalmente, se han documentado numerosos restos dejados por los cazadores-recolectores del Paleolítico, así como vestigios aislados de ocupaciones posteriores del Neolítico, época ibérica, romana, medieval y moderna.
Las evidencias más antiguas pertenecen a la cultura musteriense, del Paleolítico medio (hace entre 300 000 y 40 000 años), cuando los neandertales anduvieron por estas tierras. Posteriormente, los sapiens del Paleolítico superior se establecieron en repetidas ocasiones en este lugar durante el periodo glacial, dejando numerosas muestras de herramientas de sílex y fósiles de grandes presas. La Capilla es el asentamiento principal del entorno, donde también encontramos otros de menor entidad con evidencia de ocupaciones prehistóricas.
Cabezo Bermejo
Desde un punto de vista arqueológico, el emplazamiento del Cabezo Bermejo comenzó a documentarse en los años noventa, cuando se localizaron un taller de sílex y restos de opus signinum y cerámicas grises. A partir de los trabajos de investigación desarrollados por Patrimonio Santomera desde 2018, se han documentado nuevos vestigios arqueológicos de diferentes épocas que convierten este entorno en un enclave de interés histórico fundamental.
Los restos más antiguos los encontramos en la Cueva de la Higuera, conjunto formado por un gran abrigo y una cueva con doble boca, ocupada ya probablemente en el Paleolítico medio. La Prehistoria reciente se encuentra representada en diferentes oquedades de uso funerario y del mismo periodo encontramos un pequeño taller de sílex en la ladera noreste. En la parte baja del cabezo se localizan una gran cantidad de restos cerámicos de adscripción romana.
Cabezo de la Mina
La riqueza mineral de este enclave ha sido explotada en diversos momentos desde la Prehistoria, dejando numerosos testigos de intensa actividad. Entre ellos, destaca un asentamiento argárico datado entre los años 2200 a. C. y 1500 a. C, emplazado en las laderas del cerro, con un total de cuatro aterrazamientos y estructuras de trazados paralelos y perpendiculares, así como cistas de enterramientos; no obstante, se encuentra muy afectado por las excavaciones no controladas. Al igual que sucede con el cercano Cabezo Malnombre, están documentados varios conjuntos de cazoletas excavadas en la roca caliza, asociados a actividades mágico-religiosas, y algunas de las oquedades localizadas en el propio cerro y sus alrededores fueron utilizadas como lugares de enterramiento a finales de la Edad del Bronce, en torno al año 1000 a. C. También es significativa la explotación minera en periodos posteriores, desde la época romana –que dejó fragmentos cerámicos– hasta la contemporánea.
Forma parte del conjunto etnográfico, minero y arqueológico de la ladera meridional de la Sierra de Orihuela declarado BIC en 2024.