La almazara de los Murcias
La historia de la almazara de los Murcias va ligada a la de la Finca del Huerto, donde se halla ubicada, y se remonta al siglo XVIII. Desde entonces y hasta las primeras décadas del XX, mantuvo una notable actividad, que cesó de manera definitiva en la década de 1960. No debería extrañar, pues el término municipal de Santomera contó durante todos esos años con extensas zonas de tierra dedicadas a la plantación de olivos.
Su interior, actualmente clausurado a la espera de que se ejecute un proyecto para musealizarlo, conserva valiosos elementos propios de esa actividad, entre los que destacan un molino de sangre de grandes dimensiones, una prensas de viga y quintal, otra de husillo y una tercera hidráulica, además de un interesante conjunto de vasijas. Fue adquirida por el Ayuntamiento en el año 2005, como parte del convenio para la incorporación de la Casa del Huerto al patrimonio municipal.
Molino Vinader
Llegar a la construcción de un molino harinero en Santomera, o en otra población cercana a ella, fue un proceso costoso por las dificultades que ofrecía el territorio más bajo de la huerta de Murcia, en el tramo final del río y sus hijuelas, y por los inconvenientes que ponían los heredados que temían los regolfos que estos solían producir. Después de cuatro intentonas a lo largo del siglo XVIII en toda la comarca, por fin, sobre la acequia de Zaraíche, en 1762, se consiguió el permiso para construir uno que facilitara la molienda a los vecinos de Santomera, El Siscar y poblaciones aledañas. Ese molino fue el de Vinader, único que se conserva actualmente, aunque dejó de funcionar en los años sesenta del pasado siglo.
Por su antigüedad y el valor patrimonial de los elementos que alberga, el edificio está protegido por el PGMO de Santomera; a principios de 2023, el Ayuntamiento inició un procedimiento de expropiación para garantizar su adecuada conservación.
La Mina del Siscar
La importancia real de la Mina del Siscar es poco conocida. Tanto, que resulta fácil ignorar que nos encontramos ante una de las minas de cobre más importantes de la Región de Murcia y que sus minerales fueron explotados desde la prehistoria hasta el siglo XX, llegando a ocupar a más medio millar de trabajadores. Hechos suficientes para considerarla como un bien etnográfico de primer orden.
Fuentes escritas indirectas y ciertos indicios apuntan a que los romanos ya pudieron extraer de ella cobre y oro, aunque no alcanzaría su esplendor hasta el siglo XVI, fulgor que se prolongaría hasta mediados del XIX. De hecho, algunos autores apuntan al auge de la actividad minera como clave en el crecimiento de Santomera y en su consolidación como núcleo poblacional de cierta entidad. Ante la caída de demanda de cobre, la explotación fue perdiendo importancia hasta que las actividades extractivas cesaron de manera definitiva en la década de los sesenta, reconvertida en cantera de metabasitas.
Los aljibes de La Matanza
En la zona del Campo de la Matanza se conservan una serie de aljibes tradicionales, testigos de una época en la que el hombre vivía en equilibrio con la naturaleza, recogiendo y guardando un recurso fundamental como el agua, para poder subsistir en periodos de sequía. Con la llegada del agua del Taibilla, estas sencillas instalaciones se fueron abandonando, aunque todavía encontramos algunas que han soportado el paso del tiempo y siguen en pie, la mayoría, ya en desuso.
Gracias al trabajo de la asociación Patrimonio Santomera, disponemos de un estudio exhaustivo de estos aljibes, basado en el testimonio oral de sus propietarios, que aporta datos importantes sobre la cronología, construcción y mantenimiento de diez de ellas. Te invitamos a leerlo haciendo clic en ‘saber más’.